30 de mayo de 2015

Alvaro Alsogaray - Discursos - Presupuesto del año 1985

Reunión 24ª - 22 y 23 de agosto de 1985




(Viene de aquí)

Sr. Alsogaray.- Señor presidente: en esta reunión debe considerarse el proyecto de presupuesto. Nuestra disciplina de trabajo hace que nosotros siempre tratemos de ceñirnos al tema del día. Desde Adán y Eva han sucedido muchas cosas y no podemos resumirlas todas en una sola sesión.

Sin embargo es necesario efectuar un examen del marco en el que vamos a analizar este proyecto, porque así lo planteado –y tiene razón- el miembro informante de la mayoría. Esta iniciativa es inseparable de la reforma económica y monetaria lanzada el 14 de junio, y también es indivisible de la estructura económica existente en el país. En consecuencia, debe resumirse previamente el encuadre en el que se inserta este proyecto.

El presupuesto que consideramos es la pieza clave de la reforma económica y monetaria del 14 de Junio. Si él es llevado adelante como corresponde, la reforma tiene alguna probabilidad de funcionar. En cambio, si el presupuesto no tiene éxito, la reforma va a sufrir un retroceso indudable, que puede llevar a la opinión pública a una gran frustración.

El diputado Rodríguez ha dicho que el presupuesto es un instrumento y la verdadera expresión del programa y de la política económica de un gobierno. También señaló que mediante él se concreta un proyecto político. Si eso es así, quiere decir que el actual gobierno no contaba con ningún proyecto hasta hace pocas semanas, ya que demoró el envió de esta iniciativa hasta un periodo bastante avanzado de este año; su llegada a la Cámara debió haberse producido el 17 de septiembre del año pasado.

El miembro informante también ha expresado que el momento que estamos viviendo agota una etapa, que es la de sustitución de importaciones. Efectivamente, ello es así, hace tiempo que esa política, alentada por la CEPAL y por algunos filósofos de las organizaciones intermedias, había fracasado en el país, pero es importante que se lo reconozca explícitamente en este recinto.

Sr. Alsogaray.- También ha dicho el señor diputado; y merece felicitaciones por ello, que la estructura industrial que se ha ido desarrollando en función de estas políticas ha creado una producción industrial que no nos permite competir con el resto del mundo. Se trata de bienes que no podemos transar con otros países ya que los producimos a precios enormemente superiores. También es importante que nos demos cuenta de ello.

Habló enseguida de la socialización de los quebrantos. Es cierto, el pueblo argentino se ha hecho cargo de los malos negocios de ciertos empresarios y en cantidades prodigiosas. Algún día se hará el análisis de todo aquello que el Estado ha tomado a su cargo indebidamente. Es muy cómodo este sistema capitalista en el cual se gana, gana el empresario y cuando se pierde, pierde la comunidad. De modo que el hecho de que todo esto se reconozca es muy importante. Pero, ¿por qué se ha producido todo esto? El señor diputado dice que es porque la sociedad no ha podido resolver los problemas del crecimiento. Esto es cierto, pero ¿por qué no ha podido?

Me voy a permitir leer a esta altura de mi exposición un pequeño párrafo de las expresiones del presidente de la República: “Llevamos muchos años legislando y dictando reglamentos que parecen dirigidos a ciudadanos de mala fe. Este concepto en la acción de gobierno ha creado una maraña fantástica de control que todos padecemos. Los hombres de bien, que son la inmensa mayoría de nuestro pueblo, ven cada vez más trabado su esfuerzo creador y se sienten injustamente sospechados por la autoridad. Los verdaderos delincuentes encuentran impunidad en un sistema tan complejo que es de aplicación imposible”. Esto es muy cierto; lo dice el presidente de la República. Lástima que lo que estamos haciendo en la práctica es seguir sospechando de lo que no son delincuentes sin preocuparnos por corregir a quienes si lo son.

Ejemplos de lo que digo son estas leyes que se pretende dictar sobre nominatividad de las acciones o para la verificación por parte de la aduana de la infra o sobrefacturación. Es decir, se presume que todos los agentes económicos son delincuentes y se dictan reglamentos para controlarlos. De esta manera no se está controlando nada sino inventando vericuetos para que los nuevos delincuentes puedan operar en la Argentina.

Hay un punto en el cual no estoy de acuerdo con el señor diputado Rodríguez. Él expresa que los dirigentes liberales se presentaban para pedir privilegios al Estado. En esta caso no estamos de acuerdo: o se cambia la palabra “liberal” por “desarrollista” o bien el sentido de la palabra “liberal”. Porque yo no conozco Ningún dirigente o industrial liberal que se haya presentado para pedir nada al Estado.

Dice también el señor diputado Rodríguez que si alguien cree que la bancada radical piensa que la causa de la inflación es el déficit o el tamaño del Estado está equivocado. La bancada radical no piensa esto. Yo creía que sí y los había felicitado por ello en anteriores oportunidades. Retiro entonces la felicitación. Porque se vuelve a la vieja expresión de que la causa de la inflación es la puja de sectores, la existencia de mercados oligopólicos, los vetustos sistemas de comercialización y una serie de factores más que presuntamente causan la inflación.

Yo quisiera que se me explicara como puede haber inflación en un país donde no haya emisión espuria de moneda y la gente no busque escapar de un deterioro del signo monetario. No puede haberla. Lamento este retroceso en el conocimiento porque se había avanzado mucho en ese sentido.

Algunas otras referencias del miembro informante quedarán aclaradas en el transcurso de mi exposición, que trataré de abreviar según es mi costumbre.

Veamos la reforma monetaria, que es el marco del presupuesto. El 13 de junio la situación no daba para más. Esto era consciencia en el país y se esperaba que el gobierno hiciera algo, que no era otra cosa que parar la inflación. No había un solo argentino que no pensara esto. El gobierno tomó la decisión y ella le ocasionó un rédito importante debido al apoyo de la población. Lo hizo porque, aparentemente, el gobierno supo responder al gran reclamo que era el de hacer algo y que ese algo fuera parar la inflación.

Esa decisión la tomó el gobierno sobre la base del reconocimiento de cinco puntos que son muy importantes, al extremo que voy a correr el riesgo de reiterarme con respecto a lo que dije anteriormente en este recinto, para enunciarlos muy sintéticamente.

El primer punto consiste en que el gobierno reconoce que el problema económico es muy importante y el propio presidente de la Nación afirma que a menos que se resuelva, correrán peligro nuestras instituciones, nuestro estilo de vida y nuestro sistema político. Este mismo concepto se expresaba antes al revés: que establecida la democracia y gobernando el pueblo, lo demás problemas se arreglarían por si solos. Ahora se reconoce que el tema económico es más importante.

El segundo punto consiste en que dentro del tema económico, lo fundamental pasa a ser la lucha contra la inflación. En ese sentido todos los días nos vemos sometidos a la propaganda que lleva a cabo el partido gobernante, que por todos los medios de difusión se empeña en demostrarnos que la inflación es un gran mal y un auténtico flagelo. Por supuesto que eso ya lo sabíamos.

En tercer lugar, se reconoce –o por lo menos se reconocía hasta la exposición de hoy- que las verdaderas causas de la inflación residen en el sobredimensionamiento del aparato estatal, en el déficit fiscal y en la emisión de moneda. Estos aspectos tienen tanta importancia que forman parte especial de la reforma implementada, como veremos enseguida.

El quinto punto a que hacía referencia consiste en el reconocimiento de que no se puede emitir moneda para reactivar artificialmente la economía, porque en lugar de reactivarla lo único que se consigue es inflarla.

Sobre la base del reconocimiento de estos cinco puntos el gobierno se decide a pasar a la acción. Lo hace, ciertamente, en forma espectacular, con lo cual convence a la opinión pública de que algo ha hecho y consigue su apoyo para este plan económico que está en marcha. Ahora bien; el reconocimiento de estos cinco puntos, que implica un diagnóstico correcto y cuando se aplica el remedio, otra vez se comete el mismo error.

¿En que consiste la terapéutica? En congelar al país, en hibernar su aparato productivo, en poner controles de todo tipo, sea sobre los precios, los salarios, las tasas de interés, la exportación y la importación.

Actualmente, todo está controlado, congelado, o hibernado en la República Argentina. Si alguien puede creer que con estos mecanismos paralizantes vamos a sacar adelante al país, yo le respondo que está equivocado.

No es paralizando a las fuerzas productivas y metiéndolas en un chaleco de fuerza dentro del cual no se pueden mover, no sometiéndolas al control del Ministerio de Economía y del Banco Central, como vamos a sacar adelante el país. Se nos dice que esto es transitorio y que más adelante, cuando esté asegurada la lucha contra la inflación, se volverá a liberar la economía.

Me pregunto para qué se quiere liberar la economía si por la vía de la coacción y de los recursos policiales se obtiene éxito. Es decir, si hay un método que ha dado resultado y que permite controlar la inflación y desarrollar el país, ¿para qué lo vamos a cambiar?

Quienes abogamos por una economía de libre y por la liberación de las fuerzas productivas, lo hacemos porque creemos que esa es la solución y no en virtud de un fetichismos especial o de una determinada concepción ideológica. Tampoco lo hacemos por una cuestión de gusto o de moda, sino porque entendemos que ahí está la solución.

Pero si el gobierno cree haber encontrado la solución en la coacción, en los controles, en la hibernación, etcétera, ¿para qué va a cambiar esos métodos después? Sin embargo, el gobierno afirma prudentemente que estas medidas –que ya han sido ensayadas muchas veces en el país y yo agregaría que se han venido aplicando en todo el mundo desde hace miles de años- se adoptan a sabiendas de que están mal y que no le gustan, que son medidas transitorias, hasta salir de esto. Quisiera saber cómo van a salir de esto, en todo caso esta última cuestión puede quedar para más adelante.

Mientras tanto se dice que esta vez es distinto a los fracasos anteriores porque esta vez se atacaron dos cosas que nunca se consideraron antes, que son el déficit del presupuesto y la emisión monetaria. Quiere decir que antes las tentativas de congelamiento, de hibernación, y controles fracasaron porque no se apuntó a dos cosas fundamentales: el déficit presupuestario y el tamaño del Estado, y la no emisión.

De ahí que adquiere gran importancia ahora el presupuesto porque el éxito de esta política está jugado integramente a que tengamos un presupuesto sin déficit o por lo menos con un déficit tolerable y financiable de una manera más o menos genuina; y está jugado a otra cuestión, que es la no emisión.

Quiere decir que esta reforma se apoya sobre tres pilares; y aquí estamos utilizando los bloques estas palabras “tres pilares”, que se han hecho de dominio público. El pilar central es el cambio de expectativas. Eso se logró, por la vía del congelamiento, cambiando el signo monetario inútilmente; también mediante la promesa de no emitir y la de controlar el déficit. Asimismo se consiguió por medio de la propaganda. Con estos cinco elementos se obtuvo el cambio de expectativas, lo que es muy importante porque las expectativas juegan siempre un papel decisivo en la marcha de los negocios.

Los otros dos pilares sobre los cuales se apoya la reforma son el control del déficit y el control de la emisión. Eso es lo que debemos examinar para ver si son ciertos, porque si estos dos pilares se pueden construir en un lapso razonable, antes de que las expectativas den vuelta la reforma, puede haber consolidación. Pero si no se construyen pronto, las expectativas darán vuelta toda la reforma que terminará frustrándose, como señalé anteriormente.

La terapéutica aplicada hasta ahora es netamente recesiva. Lo único que va a lograr por el momento es aumentar el cierre de fábricas y la desocupación que ya había empezado a insinuarse en Octubre del año pasado. El gobierno desarrolló una política de vida fácil, emisionista e inflacionaria, de Enero a Septiembre de 1984. En Septiembre de dicho año el cosnto de vida trepó al 27,5 por ciento. Entonces se aplicaron los renos, que consistieron en cortar el crédito al sector privado, establecer control de precios el 4 de Septiembre, atrasar los salarios con respecto a la tasa de inflación y no pagar las cuentas. Con esos cuatro elementos empezó el proceso recesivo, que se fue acumulando desde Octubre hasta ahora. Se llegó a la más crítica de las situaciones, con una tasa inflacionaria que está entre las más altas del mundo –es la segunda, detrás de Bolivia-, y al mismo tiempo se dio una recesión alta y en constante aumento.

Fue en esos momentos cuando el 13 de Junio el gobierno se decide a tomar las medidas que hemos considerado. Aquí hay un error conceptual cuando dice: primero vamos a lograr la estabilización y luego la reactivación. Esa división no es correcta y nos hace recordar a los tiempos del general Onganía, quien hizo la división en tiempos políticos, sociales y económicos. Esa división en tiempos de vida no se puede hacer. No hay mecanismos que justifiquen decir ahora vamos a estabilizar y después vamos a reactivar. Si estabilizamos ahora con las medidas que están llevándose a cabo en este momento por la vía del congelamiento, de los controles, etcétera, puede ser que alcancemos un plano de equilibrio, pero será a costa de muchas empresas quebradas y de una gran masa de desocupados, que ya está en plena formación.

Vuelvo entonces a los dos pilares fundamentales: el presupuesto y la emisión. Sobre la emisión hablaremos en otra oportunidad con más detalle, pero quiero hacer resaltar ahora una cosa que, aunque ya es conocida, vale la pena que quede dicha en el Parlamento. Sabiendo que iba a contraer la solemne promesa de no emitir después del 15 de junio, el gobierno recurrió a una habilidad contable –por llamarla así- que consistió en emitir antes del 15 de junio, y así batió el record de emisión de la historia económica argentina contemporánea. En el mes de junio la base monetaria creció un 56 por ciento. Cómo circulación monetaria quiere decir billetes y monedas emitidos, la previsión tomada por el gobierno antes del 15 de junio significó la emisión más grande realizada en el país hasta ahora.

Ustedes se preguntarán por qué esa emisión no se tradujo a los precios. Bueno, porque se puso la tapa encima mediante el congelamiento, y en las primeras semanas el congelamiento funciona: es claro que a costa de ir aumentando las tensiones internas, y en su momento está emisión y todas las que sigan harán reventar el sistema.

De esa emisión volveremos a hablar a medida que vayamos conociendo los balances del Banco Central. Quiero aclarar que en Julio la base monetaria creció 21 por ciento por encima de l emisión record del mes anterior.

Vayamos entonces al presupuesto. Como se ve, el presupuesto encuadra en un marco muy preciso constituido por la reforma y por la estructura que el país tiene. Quisiera señalar algunas cosas formales que no nos gustan en el tratamiento de este presupuesto. Primero, lo ya citado: ¿por qué razón se atrasó nueve meses la presentación del presupuesto? Ya que hablamos tanto de la ley, ¿por qué razón el gobierno no cumplió con ella mandando el presupuesto el 15 de Septiembre del año pasado? La excusa era que no estaba todavía arreglado el problema de la deuda externa. Eso no tiene nada que ver; es sencillamente una excusa. Precisamente el presupuesto era una pieza clave para negociar bien la deuda externa. Hemos negociado muy mal la deuda externa, justamente porque no teníamos un presupuesto. Como ha sido señalado con toda propiedad por el miembro informante de la mayoría, la causa real de esa demora es que el presupuesto requiere decisiones políticas. El presupuesto es un instrumento que refleja el programa del gobierno y la elaboración de este programa demanda decisiones políticas. Lamento decir que el gobierno no ha tenido programa alguno y no ha sido capaz de tomar las grandes decisiones políticas que se necesitaban. Por eso no tuvimos presupuesto.

El autoritarismo en la Comisión de Presupuesto y Hacienda es otra cosa que no está bien. A las reuniones de comisión concurren los funcionarios a repetirnos lo que ya dijeron; luego se cierra todo y viene el despacho autoritario de la mayoría. Se quiso recuperar los nueve meses de atraso tratando de aprobar el presupuesto en veinte días.

Además no tenemos ninguna indicación sobre las empresas del Estado. En la parte económica del presupuesto ellas representan en cifras redondas nada menos que el 35 por ciento, y de esto no tenemos ninguna información. Entonces, no hay que preocuparse mucho por los centavitos de los otros sectores. Si no tocamos el tema principal estamos dejando de tratar la parte principal del presupuesto.

Por otro lado, en este debate el análisis se hace a ciegas. Nadie sabe dónde estamos parados en materia de realización del presupuesto. ¿Cuánto se ha ejecutado ya de ese presupuesto anual? Si lo que ya se ha gastado es muy grande, en los cuatro meses que quedan no se podrá ahorrar lo suficiente. Aunque no lo podemos demostrar a priori, por la sencilla razón de que no se nos han contestado a tiempo las preguntas que hicimos, los cálculos que hemos hecho con todo cuidado nos indican que este presupuesto es totalmente incumplible. Y les voy a dar un solo dato: el presupuesto prevé un ingreso de l.200 millones de Australes para el FONAVI (Fondo Nacional de la Vivienda). Según una versión oficial del día de ayer solamente han entrado 281 millones de Australes. ¿Cómo se hace para recaudar de aquí a fin de año casi mil millones de Australes para el FONAVI? ¿Si hasta la fecha no han entrado, por qué van a entrar de aquí a fin de año? No sé cómo van a hacer.

Pero no es ésta la única duda que tenemos. En ese sentido, la Tesorería publicaba un documento que se llamaba Informe de la Tesorería, donde mensualmente nos decía cuál era la marcha del presupuesto. El último informe disponible es el del mes de Mayo, y el de Junio no se ha querido publicar todavía para no mostrar una lamentable realidad. En el mes de Junio, solamente el 27 por ciento del gasto del Estado fue financiado con impuestos o contribuciones reales; todo el resto es emisión pura de moneda, lo cual hace que el próximo semestre la perfomance del cumplimiento del presupuesto será tremendamente negativa.

Después de Julio los ingresos aumentan porque se cobran dos cuotas del IVA –y por otras razones-, pero en el primer semestre esto es netamente deficitario. No más del 27 por ciento se financia con recursos genuinos. Por lo tanto, no sé cómo van a hacer; no sé gracias a qué milagro podrán poner la casa en orden en el segundo semestre, recuperando aún lo del primer semestre.

Además hay hechos puntuales que demuestran las dificultades. Se autoriza al Poder Judicial a fijar los salarios pero no se le da la partida. Entonces probablemente tengamos que votar algo extra para el Poder Judicial.

Se contrae todavía más la situación de los sueldos militares. Pero ya se habla en Olivos de los sueldos de los militares. Es seguro que de alguna manera, directa o indirecta, habrá que arreglar todo esto.

Se piensa en el ahorro obligatorio; pero en materia de ahorro obligatorio –al paso que vamos- no entrará un solo centavo este año. De manera que habrá una laguna de 260 millones de Australes que no se van a recaudar.

Todas estas consideraciones nos llevan a una reflexión: el déficit del presupuesto es atacado, fundamentalmente, por el aumento de las cargas sobre el sector privado y no por la reducción de gastos. El sector privado está haciendo una contribución adicional que supera los 3.600 millones de Dólares. Aquí se dijo hace poco, cuando discutimos el tema de ahorro obligatorio, que se busca que paguen más los que más tienen. Esta es una afirmación que tiene u tinte demagógico, pero en la práctica no es así.

El ahorro forzoso –que no es un impuesto, porque según dicen algún día lo devolverán- puede representar en algún momento 260 millones, pero mientras tanto ya se le habrán sacado a la población 3.600 millones de Dólares mediante una explosión de tarifas, con las retensiones hechas a los chacareros y con una mayor reducción en el poder adquisitivo de los salarios.

De manera de que aquello de que se le saca al que más tiene no es cierto –por lo menos en este caso-; se le saca a toda la población 3.600 millones de dólares contra 260 millones de ahorro forzoso.

Lo único que se está haciendo es aumentar los impuestos, porque en materia de reducción de gastos esta Cámara no tiene noticias acerca de lo que se va a hacer. Se habla de privatizar empresas pero no se lleva a cabo la privatización. En este presupuesto no juegan para nada las transferencias al sector privado de actividades que hoy realiza indebidamente el Estado.

Para justificar este problema de que todo se resuelve por la vía de cobrar más impuestos y de presionar más al sector privado se da una explicación que en realidad constituye una falacia. Se dice que no hay aumento de la carga impositiva sino que lo que ocurre es que se convierte un impuesto implícito –como es la inflación- en un impuesto explicito que ahora se pone en evidencia. Eso es totalmente erróneo. El impuesto inflacionario se produce cuando la comunidad ya no está dispuesta a pagar impuestos explícitos; por eso se emite moneda y hay inflación. Cuando se quiere hacer explícitos los impuestos la reacción de la sociedad es no pagarlos. De modo que cuando hagamos el balance de este presupuesto veremos si es cierto que la comunidad estaba dispuesta a pagar en forma explícita lo que antes ingresaba por vía inflacionaria. El caso FONAVI, varias veces citado, es una clara muestra de que la gente no está dispuesta a pagar.

Para señalar algunos aspectos puntuales, quiero hacer notar que siguiendo la tónica utilizada anteriormente, en el área de defensa se reducen 188 millones de Australes. No sé como se va a compatibilizar esto con la situación perfectamente conocida y el estado de desintegración que se está produciendo en los cuadros de oficiales y suboficiales.

A la enseñanza privada se le restan 33 millones de Australes.

Por otra parte las cajas de subsidios familiares –tal como se ha sido señalado- tienen que contribuir con 166 millones de australes para cubrir el déficit del sistema de seguridad social, lo cual prácticamente implica una malversación, porque el dinero que se aporta a las cajas de subsidios familiares debe destinarse a pagar dichos subsidios y no a compensar el déficit. En todo caso, si sobra dinero se pueden aumentar los subsidios o disminuir las contribuciones, pero no hacer este tipo de transferencias.

En el sistema de seguridad también hay una quita de 42,9 millones de australes. Esto no es demasiado lógico porque cuando tratamos el proyecto sobre defensa nacional encargamos a las fuerzas de seguridad a lucha contra la guerrilla y la subversión y no creo que ayudemos mucho a librar dicha batalla restándole recursos. Podemos hacerlo con las fuerzas armadas porque ahora están aliviadas en su tarea, pero no con las fuerzas de seguridad porque la lucha contra la guerrilla la deben librar ellas Por lo tanto, démosle los medios porque de lo contrario lo pagaremos caro.

En el rubro pasividades, constituido por jubilaciones privilegiadas o especiales, hay una quita de 177 millones de australes. No sabemos cómo se va a lograr esto salvo que se suspendan las jubilaciones privilegiadas con efecto retroactivo.

Habría muchos otros temas de carácter puntual, pero no vale la pena entrar en detalle ahora, dado que estamos haciendo una crítica global del presupuesto.

En cuanto a la marcha de este presupuesto quiero decir que en el primer semestre de este año los gastos han sido superiores a los del año anterior. El déficit alcanza al 7,7 del producto bruto y supera el 10 por ciento si consideramos el déficit cuasifiscal.

En el segundo semestre los gastos tampoco disminuyen, y sin embargo se dice que el total del déficit no va a pasar del 2,5 por ciento, incluyendo el cuasifiscal, aunque no hay ninguna demostración de esta aseveración. No sabemos como se puede lograr ésta notable perfomance, por las razones expuestas tenemos grandes dudas en cuanto a que se pueda cumplir.

Aquí surge otra reflexión: si todo esto es posible, ¿por qué no se lo hizo antes? Durante un año y ocho meses despilfarramos alegremente creando el déficit y la inflación más grande para darnos cuenta de que en el segundo semestre de este año tenemos que hacer todo el esfuerzo. Parece que hubiera dos gobiernos: uno antes y otro después del 14 de junio.

Dije en esta Cámara que cuando se habla de la herencia recibida no se sabe si se hace referencia a la del Proceso o a la de Grinspun. Pareciera que el 14 de junio comenzaron una vida nueva y un nuevo gobierno para el país; ojalá sea así, porque lo anterior no era bueno.

De todas formas, si esto se puede hacer en un solo semestre, ¿Por qué no lo hicimos antes? ¿Por qué hacer sufrir a toda la población y desorganizar las empresas para recién después darnos cuenta que hay que poner la casa en orden?

Otras dudas que nos surgen en cuanto a las empresas que deben depositar 200 millones de Dólares mensuales. Lo cual representa el 70 por ciento de los intereses que se tienen que pagar. Estamos tratando de averiguar si los depositan, porque si no lo hacen, sería una manera de disimular o postergar la evidencia del déficit. Además si se depositan en el Banco de la Nación, debe hacérselo en una cuenta equivalente al fondo unificado, que naturalmente el gobierno tomará para sus necesidades de caja y de tesorería. Ahí hay otro problema: si así se hace, el Banco Nación debería depositar en el Banco Central en activo financiero indisponible o debería afectar los efectivos mínimos. Si no lo hace estaría violando las normas técnicas del Banco Central, y si esos fondos los toma el Estado las empresas siguen acreedoras de él. ¿Cómo hará el Estado para concretar su devolución? No son cifras menores; se trata de 200 millones de dólares mensuales en concepto de intereses.

Otra duda la constituyen los bancos oficiales de provincia; y no sabemos si hasta el propio Banco
Nación. Salvo alguna honrosa excepción ningún banco oficial de provincia está cumpliendo con las normas técnicas del Banco Central. No les importan los activos financieros ni los efectivos mínimos. Además, los gobiernos provinciales les piden financiar sus respectivos déficit, con lo cual aquellos alivianan la presión de sus reclamos sobre la Tesorería. ¿Qué hacen los bancos oficiales de provincia? Concurren al Banco Central para pedir redescuentos; este ya ha concedido algunos y va a seguir otorgándolos porque de lo contrario habrá que cerrar las puertas de esas instituciones financieras provinciales. Veremos si se hace o no.

No sabemos -y no lo hemos podido averiguar- qué pasa con el Banco de la Nación, porque si no cumple las reglas, tiene un enorme caudal de expansión disponible que es netamente inflacionario. Entonces aquí, aunque no se emita por una razón, se lo hará por la otra. Este tema de la no emisión tenderemos que escarbarlo muy bien con un bisturí para ver por donde están los disimulos.

Indudablemente el enfoque que ha adoptado el gobierno en el sentido de mostrar la realidad al país y poner énfasis en el control de la inflación, colocando en evidencia una serie de verdades muy conocidas pero que antes no habían sido expuestas por él, es un paso positivo hacia delante. Aunque estamos criticando la terapéutica empleada –que lleva a comprimir el país en lugar de agrandarlo- no podemos dejar de reconocer el paso que se ha dado en el sentido de enfocar el problema como se debe. Es muy importante. Esto abre una esperanza porque si el gobierno estuviera dispuesto a dar el segundo paso para salir realmente de la terapéutica errónea, nada estaría perdido.

Precisamente, la solución reside en liberar todo, después de este primer shock de confianza en el sentido de que la población cree que se está parando la inflación. Ahí tendríamos una salida mayor.

Ya eso es una verdadera revolución de la estructura económica a la que se refería el señor miembro informante de la mayoría. O estamos en vísperas de este paso o que no se hable de reactivación.

Incluso se ha hecho referencia a las privatizaciones. Algunos lo hicieron con gran dolor y otros con entusiasmo. Pero la reactivación en que piensan quienes dicen esto no es verdadera.

Tiene razón el gobierno cuando sostiene que no va a emitir para reactivar. Por suerte aprendieron eso, porque de lo contrario tendríamos nuevamente el efecto inflacionario. Pero entonces, ¿en qué reactivación se está pensando?, ¿por qué medio se va a reactivar la economía? Si no hay inversiones, Si no hay aumento de consumo - no lo puede haber porque para esto último tienen que otorgarse mayores salarios o existir más personas empleadas. ¿de dónde vendrá la reactivación?

La verdadera reactivación no la hace el gobierno, no la puede hacer. Sólo las empresas privadas la pueden lograr. Pero para eso es necesario que el gobierno cree las condiciones. Esas condiciones significan una moneda estable, que no haya déficit de presupuesto, que no haya emisión, que los grandes campos de la economía estén abiertos a los capitales privados y no circunscriptos a los monopolios y oligopolios estatales.

Hoy se hizo referencia a este último aspecto, sin tener en cuenta que en la República Argentina los únicos monopolios u oligopolios que hay son estatales. De manera que es más simple decir que por culpa de la estructura estatal nos hallamos donde estamos, y no por los monopolios u oligopolios, dando la sensación de que son privados. Algunos lo son, pero porque el Estado ha dictado reglas económicas que han permitido su formación.

Por lo tanto, poner en evidencia la lucha contra la inflación y enfocar el problema en el presupuesto y en la no emisión, son aspectos muy positivos, sin embargo, es un procedimiento muy negativo hibernar al país de aquí en adelante.

Si somos capaces de dar un segundo paso e inclinarnos hacia una economía verdaderamente liberada, entonces sí el problema puede ir hacia delante. De lo contrario, en los próximos meses o quizá en semanas afrontaremos grandes preocupaciones, porque la tasa recesiva y la desocupación van más rápido de lo que muchos suponen.


Transcripto del original en papel por Claudia Bonzo, corregido por Pablo Parenti

Nota: Es nuestra intención transcribir el libro completo, material que iremos subiendo a medida que este listo. Una vez terminado el trabajo se armara el (PDF) para su descarga. Siendo este libro edición del Congreso de la Nación y no habiendo en sus páginas nota que indique lo contrario, creemos de buena fe que podemos hacerlo sin infringir ley de propiedad intelectual alguna.

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