21 de mayo de 2015

Alvaro Alsogaray - Discursos - Homenaje a Alberdi (1985)

Reunión 11ª - 28 y 29 de junio de 1985

(Viene de aquí)


Sr. Alsogaray.- Señor presidente: deseamos hoy rendir homenaje al doctor Juan Bautista Alberdi con motivo de cumplirse en centésimo aniversario de su fallecimiento. Trataremos de que no sea este un homenaje de rutina, sino un acto de reivindicación de los principios sostenidos por ese patriota, en momentos en que en el país deben tomarse grandes decisiones.

Por una singularidad histórica estamos viviendo en estos momentos una situación parecida a la posterior a Caseros. Hasta Caseros un régimen absolutista, de oscuridad, anarquía y atrasado había imperado en el país. Se presentaba entonces una gran opción: insistir en un régimen semejante –lo que era perfectamente posible- o buscar otra alternativa.

Los hombres de estado de entonces, los Constituyentes del 53, nos dieron la constitución liberal de 1853-1860, a cuyo amparo un país atrasado como la Argentina de entonces pasó a ser, en menos de 50 años, una gran nación. Este proceso se debió también a los ilustrados estadistas que nos gobernaron desde 1860 hasta 1916.

A partir de 1945, se inicia en el país un periodo retrógrado que se mantiene hasta nuestros días. Los principios consagrados en la primera parte de nuestra Constitución Nacional son abandonados en un verdadero retroceso de ideas que se traduce en la adopción de métodos mercantilistas y monopólicos propios del siglo pasado y en la introducción de fórmulas corporativas surgidas en Europa de los movimientos de masas que tuvieron lugar entre 1925 y 1945.

Este sistema, caracterizado por el avance del Estado sobre los derechos civiles e individuales bajo la forma del estatismo y del intervencionismo, ha perdurado, como he dicho, hasta nuestros días, bajo sucesivos gobiernos, civiles y militares, y según diversas fórmulas.

Actualmente, ese sistema está agotado y otra vez, como en el siglo pasado, se presenta la necesidad de optar: o insistimos en ese sistema o volvemos a los principios de la primera parte de la Constitución Nacional, sintetizados principalmente en su artículo 14.

Es ésta la gran decisión que tendremos que tomar muy pronto, de una u otra manera. Antes de hacerlo es conveniente que retornemos a los principios sostenidos por Alberdi. La idea esencial de este pensador consiste en algo que podríamos llamar la segunda revolución en la Argentina. El movimiento de 1810 a 1816 nos dio la libertad política, o sea la soberanía. Entre 1853 y 1860 se produjo la instauración de los derechos civiles individuales. En esto reside la obra esencial de Alberdi. Pero, ¿de qué manera influyó Alberdi sobre la Constitución?

Permítaseme leer, para no extenderme excesivamente en este homenaje, solamente dos o tres párrafos del texto Obras completas de Juan Bautista Alberdi. Dicen así “La Constitución Federal Argentina contiene un sistema completo de política económica, en cuanto garantiza, por disposiciones terminantes, la libre acción del trabajo, del capital y de la tierra, como principales agentes de la producción, ratifica la ley natural del equilibrio que preside el fenómeno de la distribución de la riqueza y encierra en límites discretos y justos los actos que tienen relación con el fenómeno de los consumos públicos.”

“La libertad cuyos beneficios procura asegurar la Constitución no es la política exclusivamente, sino la libertad de todo género, tanto la civil como la religiosa, tanto la económica como la inteligente, pues de otro modo no la prometería a todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino.”

“La libertad económica es de todas las garantías constitucionales la más expuesta a los atropellamientos de la ley.”

Este último pensamiento ha influido en la redacción del artículo 28 de nuestra Constitución. El artículo 14 nos garantiza los derechos individuales, pero a pesar del artículo 28 que prohíbe al Congreso votar leyes que desvirtúen los principios, la lenidad con que han actuado las distintas cortes supremas de justicia ha permitido su constante violación.

Sería largo enumerar los postulados de Alberdi, pero todos ellos se orientan a la defensa de la libertad integral, ya que no es posible defender la libertad en términos políticos si no se destierra el totalitarismo y el dirigismo en términos económicos.

Alberdi señala también que no existe en ninguna parte de nuestra Constitución cláusula alguna que permita a los gobiernos ser comerciantes, industriales o prestadores de servicios.

De este pensamiento de Alberdi, plasmado en la Constitución, ¿qué queda en la Argentina de estos momentos? Son del Estado los ferrocarriles, el petróleo, el carbón, el gas, el uranio, la gran minería, la energía atómica, las líneas aéreas, las líneas marítimas, los puertos, los teléfonos, los telégrafos, el correo y más de cuatrocientas empresas de diversas clases.

Además interviene el Estado en la vida económica a través del control de precios, de salarios, de tasas de interés, de la asignación de créditos, de las exportaciones, de las aduanas interiores como la de Tierra del Fuego, de los regímenes de promoción industrial –que dividen el país según capricho de los funcionarios- y también, señores diputados, hasta en los pequeños detalles, como saber si podemos comer carne dos días a la semana o no y si esos días se pueden o no elaborar empanadas.

Para iluminar a la hora presente debemos retornar a los principios de 1853, pues el intervencionismo del Estado ha llegado a límites extremos y viola las libertades individuales. Esta Cámara cumpliría una tarea fundamental como la de los Constituyentes de 1853 si se dedicara a desmantelar y demoler la estructura creada por los avances del Estado y a suprimir todas las regulaciones y controles que traban la actividad privada.

Si queremos mantener el actual sistema, debemos cambiar la Constitución. De lo contrario no incurramos en la falsedad de limitar en nombre de ella las libertades individuales, ni rindamos más homenajes a Alberdi. (Aplausos.)


Transcripto del original en papel por Claudia Bonzo, corregido por Pablo Parenti

Nota: Es nuestra intención transcribir el libro completo, material que iremos subiendo a medida que este listo. Una vez terminado el trabajo se armara el (PDF) para su descarga. Siendo este libro edición del Congreso de la Nación y no habiendo en sus páginas nota que indique lo contrario, creemos de buena fe que podemos hacerlo sin infringir ley de propiedad intelectual alguna.

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