2 de marzo de 2015

La recuperación de la República merece concentrar la atención de la ciudadanía

Por Víctor La Pietra. (*)
Marzo de 2015.




Una vez elegido el nuevo gobierno, se iniciará una etapa muy exigente de grandes cambios. Es lo que se espera y esa labor de recuperación de la República no debe eludirse como responsabilidad ciudadana. En la última década el pueblo de nuestro país fue objeto de malsanas limitaciones en sus deseos de progreso en términos reales. Fue una afrenta intolerable de la que no deben quedar rastros para que el pueblo pueda volver a respirar el aire puro del patriotismo y abandonar el clima viciado de la corrupción Como resultado de sucesivas violaciones de la Constitución Nacional, se nos asfixió con un manto de decisiones oportunistas que aparentaban la búsqueda de una sociedad más igualitaria en la distribución de la renta, cuyo resultado fue justamente la pérdida de la capacidad de generarla para aumentar su participación. Ningún país con una justicia que trastabilla, instituciones en crisis, alto grado de endeudamiento público, una inflación que lo deja sin moneda, con incontrolable desequilibrio fiscal, educación en decadencia, salud pública en duda, alto grado de corrupción y un gran déficit energético puede aspirar al crecimiento. La incidencia de esos factores, ante la ausencia de políticas de Estado activas en concordancia con firmes objetivos de desarrollo, impidieron el logro de los objetivos aliados del bienestar, que deben ser la esencia de toda acción de gobierno. Un salario justo en función del esfuerzo y la eficiencia, una vivienda digna producto del ahorro que genera inversión, y la creación de fuentes de trabajo como signos del progreso, si se entiende tal evolución como la resultante de una mayor producción de renta y un equitativa distribución del ingreso para integrar una armoniosa conjunción entre la inversión productiva, la oferta de bienes y el trabajo eficiente de sus habitantes.

No es secreto que el valor agregado industrial es el factor económico que permite una más equitativa distribución de la renta a través del pago de salarios. También es innegable que la producción agrícola y ganadera es capaz de producir con sus exportaciones las divisas necesarias para financiar el proceso de integración entre la producción de materias primas y su industrialización. Esa conjunción de factores es dificil cuando dichas actividades tropiezan con una acción de gobierno que solo reparte recursos pero que no los crea, y que además no respeta la división poderes haciendo peligrar el futuro de la República. Todo lo justificó el relato confundiendo la realidad con la mentira y para que se diera tal situación se ha tejido un entramado absolutista que ha institucionalizado dificultades que perjudican la organización social, la seguridad del pueblo y la actividad económica.

Creo que ha llegado el momento de destejer pero con sentido racional, sin destruir nada y dentro del imperio de la ley. En función de esa necesidad imperiosa de recuperar la República y sobre la base de innumerables consultas y análisis de la situación social, política y económica del país, debemos abocarnos a trazar en líneas generales y a la vez sintéticas el curso del proceso que entiendo debe ser una valorable aporte a la gestión del gobierno que asuma en el mes de diciembre de 2015. Voy a tratar en futuras notas cada uno de los aspectos que deben ser tratados en el plano institucional, en lo político y económico, para encarar la recuperación de la República.


(*) Victor La Pietra
Las ideas que difunde el señor La Pietra están inspiradas en su deseo de mejora de las clases menos pudientes a través de crear oportunidades de progreso, para que ellas mismas fudamenten la tan deseada justicia social, que no concibe sin la vigencia del ejercicio de la libertad, así como tampoco cree posible la vigencia de la libertad con la responsabilidad de asegurar esa Justicia.

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