26 de septiembre de 2014

Desempleo en 1995 - Causas y soluciones

Interpelación al ministro de economía Domingo Cavallo y al ministro de trabajo Armando Caro Figueroa sobre políticas de empleo.

21ª reunión del 20 de julio de 1995.


Fragmento del discurso en la cámara de diputados del Ing. Alvaro C. Alsogaray:

"Señor presidente, señores diputados, señores ministros, el debate del día de hoy tiene una importancia excepcional porque se está discutiendo la válidez de la política económica en curso.

A raíz del estado público que tomó el episodio del índice de desocupación, se ha planteado el problema de determinar si dicho índice se debe a la actual política económica o alguna otra causa. Esto tiene mucha importancia por las consecuencias que derivan de ello (...) Nuestra posición en esta materia es completamente clara e irrefutable. La recesión y el desempleo actuales se deben a 40 años de errores en las políticas económicas que culminaron con la hiperinflación de junio y julio de 1989. Fueron 40 años de errores en la política económica signados por la omnipresencia del Estado y todas las prácticas de tipo socialista que se emplearon. La actual política económica está resolviendo este problema. Hoy estamos saliendo de las profundidades en las que habíamos caído en junio y julio de 1989 para tener un futuro promisorio en la Argentina, de manera tal que nuestra conclusión en este sentido es que la actual política económica no es responsable del índice, como se pretende hacer ver, y que otras son las causas que la determinan.

Planteadas así las cosas, en realidad se trata de un tema en el que la ideología tiene mucho que ver. Es una discusión ideológica. Alguna vez tendremos que definirnos respecto de si en el fondo somos socialistas o liberales, o sin ser tan terminantes, si deseamos implementar políticas de tipo socialista que consisten en dirigismo, el estatismo, los controles y la inflación , o seguir la política de la economía de mercado.

Por supuesto que para tomar esa decisión hay que estudiar un poco estos temas y no divagar sobre ellos. Es necesario saber qué es el liberalismo, porque aquí se habla del liberalismo, del neoliberalismo y del neoconservadorismo, y lo único que hay detrás de esas expresiones es una actitud antiliberal y una gran ignorancia. Hay gente a la que le repugna presentarse como liberal. Ser liberal significa defender las libertades en todos los campos de la actividad humana, incluso en lo económico, que es lo que jamás comprenden los socialistas (...) En la Argentina, la desocupación se debe a la transición fundamental que se ha producido entre la economía dirigida, controlada, estatizante e inflacionaria que perduró en el país durante más de cuarenta años, y la economía de mercado con estabilidad monetaria (...) Las causas residen en que durante esos más de cuarenta años se establecieron proteccionismos excesivos, subsidios, prebendas y privilegios a una serie de actividades, y por lo tanto a los empleos así generados, con la salvedad de que para crear dichas actividades y empleos había que otorgar ese tipo de ventajas especiales. ¿Cómo se financiaba todo esto? Hasta donde se podía, con endeudamiento, y posteriormente con emisión de moneda.

Esto sería muy agradable si pudiera funcionar indefinidamente, porque ¿qué problema económico existiría? Se pondrían a trabajar las máquinas del Banco Central aceleradamente durante todos los días, incluso sábados y domingos, y los miles de billetes que se produjeran se entregarían a los empresarios para que instalen fábricas y den empleos. Aparte de esta ironía, cabe señalar que algo parecido se intentó durante muchos años. Tal vez no se dijo abiertamente que lo mejor era llegar a una inflación alta, pero se propuso algo de inflación como un signo bueno para estimular a las industrias y el empleo.

Sin embargo, el procedimiento falla porque para producir esa mejora del empleo y también de la actividad de las empresas es necesario acelerar la emisión monetaria. Un país que crea moneda de un modo permanente se ve obligado a acelerar al ritmo de la emisión. Sucede como con la droga, que al principio produce un estado de euforia o bienestar, pero para lograr ese mismo estado se necesita aumentar la dosis. La droga inflacionaria aumentó en la Argentina y hemos vivido más de cuatro décadas con inflación (...) y llegamos a la hiperinflación en junio y julio del 1989 (...) Pero a la hiperinflación había que controlarla, y para detenerla había que sacar la causa que la producía: la emisión de moneda (...) Lo que vivimos ahora es la fase descendente de un ciclo completamente lógico y explicable que proviene del hecho de que está en liquidación un sistema que para mal de los argentinos duró cuarenta años. Para salir de esta situación hay que tomar una serie de medidas (...)"

Como se puede ver, este discurso del ingeniero Alsogaray fue bastante largo. Lo triste es que pasamos el momento crítico e hicimos los sacrificios para poder cambiar hacia el libre mercado, sistema imperante en el mundo civilizado que ha mejorado la calidad de vida de todos los habitantes de esos países. Pero no fuimos capaces de sostener el esfuerzo el tiempo suficiente como para que el sacrifico realizado nos llevara al éxito. Fuimos como niños que escupimos el jarabe que nos curaría la tos y ahora estamos otra vez enfermos, todavía no tan graves como en 1989, pero vamos mal.

Paquete de medidas propuestas al Congreso por el ingeniero Alsogaray

  1. Restablecer la confianza, y para ello no hay receta fija. Forma parte del arte de gobernar. Como diría Luis Einaudi, del arte del buen gobierno. Si no se restaura la confianza todo el proceso de recuperación va a ser muy difícil llevar a cabo.
  2. Asegurar la continuidad jurídica e impositiva y desregular el mercado de trabajo. No es que no tengamos un cierto nivel de seguridad jurídica e impositiva, pero todavía hay demasiados cambios impuestos por las emergencias. Hay que terminar con todo eso, porque lo que necesita el sistema empresarial es conocer el horizonte futuro de por lo menos 10 o 15 años. De esa manera invierte, de otra manera retacea las inversiones. Se está en el buen camino pero hay que asegurarlo.
  3. Consolidar y profundizar la actual política de libertad económica de mercado con estabilidad monetaria, corrigiendo algunos errores. Es necesario reafirmar los principios de la Ley de Convertibilidad con algunos puntos a discutir que no quiero plantear todavía ante la opinión pública. Esto define claramente cuál es nuestra posición frente a este tema. Los que están del otro lado dicen que hay que cambiar la política económica pero no dicen qué política implementarían. Sin embargo sostienen que hay que cambiarse y removerse la odiada política actual. Nosotros opinamos al revés: debemos consolidar, profundizar y llevar adelante esta política con gran interés, vocación y entusiasmo porque esta es la solución de los problemas del país.
  4. Mantener a toda costa el equilibrio presupuestario y fiscal reduciendo el gasto público y los impuestos por lo menos en 5.000 millones de pesos. Hay que evitar la emisión espuria de dinero y la expansión inflacionaria del crédito. Esta cifra no es caprichosa. En los tres últimos presupuestos votamos en contra del proyecto a pesar de reconocer que fueron presentados a tiempo y con toda la información necesaria, pero creíamos que había que bajar el gasto y los impuestos en 5.000 millones de pesos. Lo que ahoga al país no es solo el déficit de presupuesto; es que el límite de la exacción que hay es demasiado alto, y eso priva al sector productivo de recursos que están mal empleados por parte del Estado.
  5. Reformar el sistema bancario y financiero a través del mercado con vistas a impulsar la modernización, el verdadero crédito y la caída de las tasas de interés. Quiero señalar que es posible expandir el crédito para atender los requerimientos de una mayor actividad económica orientada especialmente hacia la exportación y sin efectos inflacionarios, con la condición de que funcionen todas las demás medidas señaladas. La idea de que la economía de mercado, sobre todo la economía liberal de mercado, es una economía restrictiva que puede quedar sin financiar y sin crédito es totalmente errada. No hay problemas para hacer esto que estoy diciendo.
  6. Bajar el costo de los bienes y servicios no transables y el costo laboral. Al hablar de costo laboral no me estoy refiriendo a los salarios sino a las sobrecargas que pesan sobre ellos.
  7. Establecer una compensación transitoria por desempleo, a la que no llamamos "seguro de desempleo" porque el seguro trae problemas de otra clase. En 1978, analizando lo que en aquel momento parecía una ilusión en cuanto a pasar de una economía socialista a una liberal, llegamos a la conclusión obvia de que había que parar la emisión monetaria. Ese saneamiento levaría a desarrollar nuevas actividades para absorber a los desocupados que quedarían al parar la emisión. Pero eso no se realiza instantáneamente, se requiere de un cierto tiempo. Están surgiendo todos los días fábricas y actividades nuevas pero hay un bache de desocupación que no se puede evitar. Para cubrir ese bache será esa compensación transitoria.
  8. Estas medidas deben tomarse todas juntas (...) Creo que no es errado concluir que si estas medidas se hubieran aplicado en tiempo y forma las cosas estarían bastante mejor.

Fuente: Alsogaray: Discursos como diputado y convencional 1983-1998. Buenos Aires, octubre de 1999.


El ingeniero Alsogaray no era simpatizante de sostener la convertibilidad a lo largo del tiempo, sin embargo esta no podía quitarse hasta completar el saneamiento de las cuentas el achique del gasto y la reinserción laboral. El subsidio por desempleo se creó con validez por un año, que era el tiempo que se le otorgaba a cada persona para conseguirse un nuevo empleo. Las sobrecargas laborales no se disminuyeron y el gasto público no solo no se redujo, sino que a partir de la salida de Cavallo del ministerio de economía en 1996, ese gasto se aumentó, además de que se permitió a las provincias contraer deuda con garantía del BCRA, lo cual nos llevó directo a la crisis del 2000 y 2001. Cabe destacar que solo dos provincias no se endeudaron: San Luis (la más industrializada) y Santa Cruz (la más petrolera).

–Claudia Bonzo
Ama de casa
Liberal

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