19 de octubre de 2014

La lucha contra los Valores Occidentales


Por Prof. Carlos A. Mendez Thort

En la Segunda Guerra Mundial, desde 1939 hasta 1945, se jugó nuevamente el futuro de la Civilización Occidental, sin embargo, todo ello no fue nada nuevo, pues sus antecedentes ya provenían de muchos milenios antes, tal como ya había ocurrido durante cuatro mil años con los sucesivos conflictos desatados por culpa de los asiáticos para conquistar los ricos acuíferos europeos, así fue con la Guerra de Troya, las Guerras Médicas, las Guerras Arsácidas, las Guerras Sasánidas, las Guerras contra el Islám, las Guerras Tártaras contra los Magiares y más tarde contra los Mongoles.

Pero, al decir del genial Alejandro Soljenitsin, aun mucho más recientes en el tiempo fueron las Guerras Zaristas, Austro-Húngaras, y Prusianas, así se dio origen a las Guerras Napoleónicas, la Guerra Franco-Prusiana, la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial, la Primera Guerra Fría contra la Unión Soviética, que fue la Tercera Guerra Mundial, y la Segunda Guerra Fría, que es la actual Cuarta Guerra Mundial contra los islamistas de Al-Qaeda y de Irán, pero ahora apoyados por Putin y Fidel Castro. Justamente, en esta actual Cuarta Guerra Mundial, que es la Segunda Guerra Fría, Israel es apoyado por las potencias europeas de la NATO para enfrentarse contra el Estado Fantasma de los musulmanes y contra los pocos países post-comunistas económicamente maltrechos que aun hoy sobreviven.

Nuestra Civilización Occidental Judeo-Cristiana sería, según sus resultados del capitalismo industrial, una evolución sociológica de la población caucásica y judeo-cristiana askenaz que, a través de los siglos,fue dirigida por la nobleza, la Iglesia Católica Vaticana, y la masonería cripto-protestante, por vía de las fuerzas políticas liberales y democráticas, resultado de la Gran Revolución Masónico-Protestante Bajo-Sajona del siglo XVII,de la Revolución Husita Checa de la Logia Eslava Thomas Masaryk y, en lo más reciente, también resultado de la imposición de las fuerzas representadas por la Gran Contra-Revolución retrógrada del nazismo prusiano, del comunismo soviético, del franquismo español, del fascismo europeo, y del militarismo japonés.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial instantaneamente comenzó en Berlín y en Praga la Guerra Fría, debido a que esta última era la Tercera Guerra Mundial, una guerra atípica, tramposa y sucia, basada en jugar al truco con el espionaje enemigo, y ante el terror pánico que causaba la amenaza del Mariscal Zukhov de marchar con sus supernumerosas y todopoderosas tropas soviéticas hacia París,lo cual fue evitado por la incapacidad del empobrecido Stalin de hacerle llegar a Reinhard Gehlen, y el bloqueo anglo-americano del aeródromo soviético de Berlín, misteriosamente los cobardes comunistas, sin pertrechos, ni alimentos, ni medicamentos, miraron para otro lado y desistieron de marchar sobre la indefensa Ciudad Luz del Río Sena...

Ante tan misterioso Status Quo, propio de este nuevo tipo de Guerra Mundial, basado en el espionaje y en la trampa, Europa y el resto del mundo se divide en dos, y así se creyó que se podía pasar por alto la lucha armada al reemplazarla por la guerra terrorista de guerrillas, y en especial por la Guerra de Espionaje,inspirada por los diez mil miembros de las ex-guerrillas del misterioso "Ejército Blanco" compuesto de ucranianos y bielorrusos infiltrados tras las hambreadas lineas soviéticas, pues ese ejército clandestino de infiltrados ahora se entrenaba nuevamente pero en secreto como refugiado por la nueva CIA, y el nuevo MI6, en Alemania Occidental, Inglaterra, Canadá, y los USA Pero, aun así fuera de este esquema, en cambio, en la Europa Central y también en nuestra Argentina, muchos países trabajaron para la neutralidad. Por eso llegaron a la Guerra Fría sin estar preparados, no percibieron que estaba en juego la pérdida de la libertad.

El triunfo de los aliados occidentales con la rendición de Tokyo en 1945, permitió que los USA, Inglaterra, Alemania Occidental, e Israel, dirigiera a Occidente en la oposición al deseo de dominio mundial de la maldita Unión Soviética de Stalin y de sus genocidas opositores. Hoy ya se ha olvidado la escena terrible del mundo de toda aquella época, ya nadie recuerda ni agradece a los diez mil bielorrusos, ingrios, y ucranios del "Ejército Blanco" reconstruido en Alemania Occidental por la NATO, y hoy, luego de muchos años que pasaron de los atentados contra las Torres Gemelas del año 2001, vuelve otra vez de nuevo a cernirse contra el mundo entero la amenaza sobre los valores de la libertad individual por los que luchó y murió tanta gente.

No se comprende, por ejemplo, la lucha armada contra los judíos y cristianos en el Medio Oriente, pues allí mismo Eretz Israel, aí como también todos los católicos maronitas, melquitas y armenios, representan toda una atalaya de valores occidentales en medio de un criminal y pervertido mundo islámico, adonde ni siquiera la vida humana de una mujer es un valor, pues en el mundo islámico, heredado de los antiguos Arsácidas y Sasánidas, solo la violencia del poder musulmán es el único valor a respetar.

Tampoco en nuestro país, ni en otros países de nuestra Indoamérica Mestiza de Habla Hispana, se entiende el peligro que significa perder los valores occidentales judeo-cristianos. La amenaza no solo se halla en los sindicatos laboristas fabianos de nuestra Argentina, sino que está incluso también en los colegios y universidades, pues es allí adonde no se prepara a la juventud para apoyar valores que constituyen la base de nuestras libertades individuales, magistralmente descriptas por nuestro libre y aceptado prócer el Dr. Juan Bautista Alberdi.

Los gobiernos populistas sudamericanos, derivados de la infame Sociedad Fabiana del Partido Laborista Británico que hundió a Inglaterra e Irlanda, aun hoy promueven el desprestigio de los países occidentalistas más libres y civilizados, adonde ha triunfado el espíritu de la libre-empresa, la iniciativa privada, el derecho a la intimidad personal, y el optimismo como filosofía de vida, en resumen, el individuo humano como hacedor de su propio destino en su dimensión de persona tal y como el Göethe los describiere al acuñar la frase luterana:..."En el estado de la libertad no puede haber libertad para atentar contra la libertad, y todo atentado contra la libertad deberá ser castigado con la pérdida de la libertad, ó incluso con la pérdida de la vida"...

En todos los países adonde ha predominado el estatismo propio de la infame Sociedad Fabiana del Partido Laborista Británico se premia el no estar atento a la suprema razón de la propia libertad individual, a obedecer al capricho del Estado, a generar una realidad falsa dibujada por el relato del Estado, a tener miedo a la libre discusión de las ideas,que es la fuente del progreso y de la tolerancia.

El resultado ya lo estamos advirtiendo y sufriendo diariamente:... Pocos en toda Sudamérica confían en el sistema democrático liberal y en lo imprescindible de la necesaria lentitud del sistema. Se prefiere confiar en mesiánicos gobernantes fabianistas y laboristas autoritarios, desconsiderados con las opiniones ajenas, que respondan rápida y categóricamente a lo que con impaciencia desean las personas masificadas y, si fuere posible, hasta llegar al extremo de masificar al propio deporte nacional para degradarlo y rebajarlo a un vulgar"Pan y circo"...

Es así como en las fraudulentas campañas electorales del"Voto cadena"se prometen soluciones rápidas, buscando instalar en el inconsciente colectivo la sofisma demagógica y oclocrática del unicato laborista, apelando a las vanas emociones de la gente, creando todas las falsas expectativas desmesuradas propias del nacionalismo que deforme hasta el propio sentido de Patria, a las cuales será imposible satisfacer,por lo que se termina siempre accediendo a las demandas con medidas exageradas que perjudican la seguridad y progreso del país, y así sucesivamente hasta destruir para siempre esa invisible cadena de mandos naturales que conforma la suprema libertad de mercados, sin cuya disciplina todo intento de capitalismo es tan fatuo e inútil como una falsa abogada bipolar haciendo payasadas desde la Casa Rosada.

Todavía no se ha aprendido que el totalitarismo laborista de la Sociedad Fabiana es la oposición a la sociedad de alta complejidad en la que vivimos, y que es una vuelta a las sociedades despóticas medievales del catolicismo andaluz, de la Maffia Corleonesa, y de la Sharía islámica, pero con el agregado de modernos métodos tecnológicos de dominación antes inexistentes como,por ejemplo, la educación masiva que sirve para adoctrinar mediante la sofisma transversalista.

En los totalitarismos fabianos, y en todas las dictaduras islámicas en menor medida, el Estado quiere cubrir a toda la sociedad con un manto que asfixia la iniciativa privada propia de la libertad individual, y eliminar, a través del resentimiento envidioso del odio clasista, cualquier espíritu de tolerancia. No se acepta la interdependencia pacífica de los países, se prefiere el aislamiento de la comunidad de naciones, por eso se rechaza el comercio libre de bienes y de ideas. Quienes gobiernan no se escuchan más que a si mismos, siempre a través del relato por sus obsecuentes dibujado, creyendo que son mitómanos depositarios de “La Verdad de la Ciencia Infusa”, y que son los papistas secretarios de Dios, de Mahoma, y de Allah, aunque en realidad solo son vulgares fariseos secretarios de su propia tenebrosa perversión.

Pretenden siempre tener la razón de la sinrazón a través de la técnica de la sofisma masificada, sin importarles que la realidad demuestre lo contrario, y termine por alejarlos del respeto que la gente debería darle a su autoridad, por lo tanto gobiernan por la fuerza de la mentira, corriendo a la gente con la vaina pues ni siquiera tienen espada, y así ejercen el poder por la fuerza de la estafa pública de la coima y del narcolavado.

Los países democráticos más libres y civilizados debieran estar unidos en la defensa de la libertad individual,idea fuerza del Occidente judeo-cristiano moderno, pero en el Medio Oriente, y en todas las regiones del mundo post-comunista, adonde aún hoy el terrorismo se infiltra para imponer por la fuerza una ideología pseudo-religiosa, que lleva a la destrucción de la persona humana, también se infiltra a las naciones europeas y a los USA con falsos inmigrantes que son en realidad terroristas, y ellos son los que hoy manipulan todo, haciendo invencible a la Sociedad Fabiana del Partido Laborista Británico, al cual sostienen con sus petrodólares y su narcolavado.

El propósito de la política exterior del mundo democrático occidental debería de ser no solamente la preservación de la propia seguridad militar, sino también la preservación y el desarrollo de las libertades democráticas en todo el resto del mundo, si es que se desea seguir viviendo en un mundo mejor. No olvidemos que, en mayor ó menor medida, también gracias a Inglaterra y a la política exterior de los USA, los países europeos dominados con brutalidad y desprecio por Stalin, Mussolini y Hitler, fueron librados de la tiranía y pudieron desarrollarse con libertad y prosperidad.

La libertad individual, la dignidad del individuo humano, la autonomía social de la persona humana, el derecho a la propia intimidad, y la justicia social en libertad, fueron el arma más poderosa con que ha contado el Occidente judeo-cristiano, y ahora también lo es de buena parte de la comunidad internacional antes sometida a la infame Unión Soviética de Lenin, Stalin y sus criminales sucesores.

No debemos escuchar los cantos de sirena estatistas, nacionalistas, y fabianistas propios de los musulmanes y neo-comunistas, porque van en contra del sentido del progreso material de la Historia Humana, en contra de la conservación de la Europa Cristiana, y en contra de la ampliación de la libertad individual para todos los habitantes de la Tierra.

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