Sr. Alsogaray. – Señor presidente: antes de exponer la posición de nuestra bancada, quiero dejar claramente establecido que no estamos propiciando ninguna acción armada o embargo contra Nicaragua. Es una cuestión en la cual nosotros no podemos tener sino una muy pequeña influencia. En todo caso, por propia convicción, no pensamos en manera alguna estimular, propiciar, recomendar o aprobar una acción bélica o un embargo. El problema nos preocupa desde el punto de vista del interés de nuestro país y también de la correcta información a la opinión pública aquí, en la Argentina.
La historia de Nicaragua es un poco distinta de la que se suele contar. En ese país había una dictadura –la de Somoza- que reinó durante mucho tiempo y contra la cual se aliaron los grupos democráticos que por razones tácticas cayeron en una peligrosa asociación con sectores marxistas. Coaligados los democráticos y los marxistas, lograron abatir la dictadura de Somoza y, como siempre ocurre en estos casos desde la experiencia en Checoslovaquia después de la Primera Guerra Mundial hasta nuestros días, inmediatamente de logrado el propósito común vino el golpe de mano marxista. Una banda compuestas por nueve comandantes, entre los cuales hay cardenales –de nombre-, se adueñó del poder, obligó a emigrar del país a los democráticos, clausuró los diarios e hizo todo lo que hacen las dictaduras cuando empiezan a afianzarse. Esto se acentúa en el momento actual. Los emigrados luchan por recuperar su país para la democracia, mientras que la banda marxista lucha por consolidar en su país el segundo enclave comunista en América.
Ahí si Estados Unidos tiene un problema que resolver, ya que se compromete su seguridad. No somos nosotros los encargados de resolverlo, aunque debe interesarnos esta cuestión, ya que debemos contemplar la realidad y ver que en muy corto plazo puede llegarse a que ese segundo enclave comunista se consolide en Latinoamérica.
Frente a esa realidad que muestra a un grupo totalitario apoderándose de Nicaragua y otro, democrático, tratando de recuperar su país, ¿cuál es la posición de la Argentina? Lamentablemente, estar a favor de la dictadura. El gobierno democrático de la República Argentina y tácitamente este Parlamento han estado prestando ayuda a Nicaragua antes de las elecciones, cuando no existía excusa de éstas y gobernaba un grupo totalitario. Le regalamos cinco millones de dólares y les prestamos otros treinta y cinco millones a tasa preferencial, los que hubieran estado mucho mejor empleados en nuestro país, que tiene algunas necesidades. Además, invitamos a uno de los Cardenales a nuestro país, lo llevamos a la cancha de Velez Sarsfield, en la que ocupó un lugar preminente al lado de nuestro presidente, cuando el tema que se trataba era nuestro y no de Nicaragua. En esa cancha se dijeron todas las cosas habituales en estos casos para conformar a una tribuna de veinte mil comunistas. Por otra parte, nuestro vicepresidente asistió a Nicaragua, con la mayor representación diplomática, a la posesión del mando después del fraude electoral.
En una palabra hemos estado prestando apoyo material y moral suficiente como para que quede claramente establecido que la Argentina está a favor del régimen comunista de Nicaragua.
Se dice que es un régimen elegido por la voluntad popular. Sí, como en la Unión Soviética, donde todos votan –de vez en cuando- por la misma lista, no hay dudas acerca de la compulsión y el fraude en esas elecciones. Esto lo sé porque estuve cerca y he visto la emigración permanente de los nicaragüenses hacia los países vecinos, huyendo de esa dictadura.
Esta es la verdadera situación en Nicaragua. Y repito una vez más que nosotros no estamos propiciando resolverla por nuestra cuenta, porque es algo que no está en nuestro alcance. Por dicha razón vuelvo a lo que manifesté al comienzo de mi exposición: no estamos propiciando intervenciones armadas ni embargos. Pero tampoco propiciamos, de ninguna manera –y por eso vamos a votar en contra de este proyecto-, que demos un solo paso más que nos haga avanzar por el peligrosos camino que lleva a que el sistema democrático argentino sea el principal propulsor del establecimiento de un segundo gobierno comunista en Latinoamérica.
Transcripto del original en papel por Claudia Bonzo, corregido por Pablo Parenti
Nota: Es nuestra intención transcribir el libro completo, material que iremos subiendo a medida que este listo. Una vez terminado el trabajo se armara el (PDF) para su descarga. Siendo este libro edición del Congreso de la Nación y no habiendo en sus páginas nota que indique lo contrario, creemos de buena fe que podemos hacerlo sin infringir ley de propiedad intelectual alguna.
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